Strawberry Kiss ♥/capítulo 1

Parejas: YamaJima

Autora: Mitsue-chan


Notas: Acabo de terminarlo, fueron dos largas horas (¿.. xDD..Necesito un café con urgencia –w-¡ haber.. esta vez escuche música japonesa *O* era “Sayonara daisuki na hito” *O*!!!.. Así que.. estaba media depre(¿ nah!... pero ojala haya salido algo bueno(¿ ._. Apreciaría algún comentario (¿o.o hahahaahah!! DD:!! Que emo xDDDDDDDDD

-¿Puedo pedir otra tarta de fresa? –sonrió emocionado, juntando las manos para esperar de parte de sus padres una afirmativa-

-Solo una más, el doctor te habrá dado de alta pero tampoco queremos que enfermes del estómago –dijo riendo su padre, y salió de la habitación para traer la tan añorada tarta de su hijo menor-

El castaño relamió su labio esperando el postre que en segundos iría a comer, ya no le importaba mucho permanecer en cama ni esforzarse en pedir explicaciones del accidente que tuvo hace un par de semanas, sabía que preguntar solo dañaría a sus padres y por ello nunca exigió tales aclaraciones. Vio a su madre absorta en sus pensamientos y de inmediato agarró sus manos, dándole una sonrisa cálida para tranquilizarla.

-Okasan, estoy bien~ recupere el apetito, ¿eso es bueno, verdad?

-Es…es muy bueno..mi Ryosuke..-sus manos temblaban, pero en todo momento se quiso mostrar fuerte y con todo el valor que le quedaba apretó las manos de su hijo y solo sonrió al final-

La puerta se abrió, dejando ver al padre con la tarta en manos, se dirigió hasta el pequeño dándosela y despeinándolo al verlo comer con tanto afán~ .

Al terminar su postre preferido, su madre beso su frente mientras lo arropaba al tiempo que su padre recogía el traste dejado por su pequeño, le beso la frente también y apagando la luz salieron,  susurrando lo suficientemente alto para que lo escuchase…

-Descansa bien~

Hundió su cabecita en la almohada,  escondiéndose entre las sabanas, cerrando los ojos y quedándose profundamente dormido entre pequeños bostezo que ya daba.

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Okasan! –abrió los ojos, sentándose en la cama,  alzando las manos para estirarse y comenzar a entreabrir los labios al bostezar largo- Okasan?..-volvió a pronunciar, se le hacía raro que su madre no acudiera a su llamado como siempre lo había hecho, soltó una leve risita y como niño travieso se puso las pantuflas y decidió bajar hasta la sala-

Yamada se puso feliz por esos cortos minutos, por fin podía irse a preparar el mismo el desayuno o mirar televisión,  ya no tenía que obedecer las órdenes de sus padres y quedarse en su habitación que era tan aburrida y monótona.

Se quedó en el último peldaño de las escaleras y asomándose por la baranda saco la cabeza para ver si no había nadie, suspiro largo y esa sonrisa de niño travieso volvió aparecer, silbó su canción favorita dirigiéndose a la cocina, saco su tarta de fresa  de la refrigeradora llevándola a la mesa y volvió a pronunciar esta vez mas fuerte~

Okasan!!.. estoy comiendo una tarta de fresa y me pondré a mirar televisión y después todavía regresare a mi cuarto –inflo las mejillas al meterse un pedazo de tarta, sonriendo agusto por el sabor tan exquisito que le provocaba al comerla-

Prendió el televisor sabiendo con certeza que sus padres habían salido de compras, y con ese alivio podría comer todas las fresas que quisiera, ya estaba por acabar su último trozo de postre cuando el timbre lo hizo detener y a regañadientes dejo un pedacito aún en el plato, levantándose y caminando hasta la puerta. Como era su costumbre no vio a la persona por el visor , solo la abrió con una amplia sonrisa pensando que serian sus padres.

Tadaima!!~-Se quedo estupefacto, no había dos personas sino una, y además de todo no eran sus padres, era un muchacho alto de cabellos negros y rostro infantil. Del susto cerró de un tiro la puerta en las narices del alto, tratando de cerrarla pero las manos del otro fueron mas rápidas y empujando hacia delante entro a la casa, quedándose frente a Ryosuke, mirándolo de pies a cabezas y en instantes ya lo tenía abrazado, soltando pequeñas lágrimas en el hombro del castaño.

Per…pero que!! –Con el sonrojo visible en sus mejillas, lo alejo bruscamente, retrocediendo dos pasos al notar que el muchacho aun seguía parado frente suyo- Que… eres un ladrón?..-balbuceó aún avergonzado por el abrazo- vamos~ vete sino llamare a la policía! 

Yama-chan..porque me tratas así..-agacho su mirada, dejando caer sus hombros- todo tiene una explicación, quiero que me escuches y que sepas que te amo…por favor~.

-Ehhh!!.. ¿Cómo sabes mi apodo?..-dijo casi aterrorizado, como era posible que un extraño le dijera eso, ¿Qué lo amaba?..él no conocía a la persona delante suyo, nunca la había visto y mucho menos era HOMOSEXUAL- yo no lo conozco, así que mejor se va...no se de que me habla,  yo nunca saldría con un hombre… Nunca! –con enojo miro a los ojos al pelinegro-

-Yama-chan, no puedes hacerme esto! No finjas no conocerme, amor… te amo!.. Vamos hablar, escúchame..-agarro las frías manos de Yamada, casi en súplico las aferró entre las suyas, siendo soltado denuevo bruscamente por el castaño casi en instantes-

-Ya le dije que no lo conozco! No se atreva a sujetar mis manos!, llamare a la policía –Enojado fue hasta el teléfono, lo cogió y marco el 101, quería que este escándalo y confuncion acabaran, era absurdo lo que estaba pasando. En su mente se repetía una y otra vez “debí haber hecho caso a okasan y quedarme en la cama”-

Ryosuke esperaba a que la policía contestara, y cuando por fin escucho la voz de un hombre por la bocina,  unas manos le quitaron el teléfono y lo colgaron, quiso voltear a reclamar ya que sabía de quien se trataba pero su sorpresa fue grande al recibir de improviso un beso en los labios, sus manos estaban sujetadas por el alto inmovilizándolo, quiso zafarse y pegarle un puñete en la cara, y lo habría hecho si no fuera porque sus fuerzas se desvanecieron por ese simple beso que lo envolvía y  tranquilizaba toda la furia que tenia contenida, respondiendo casi por inercia.

-Vez como si me recuerdas~ sino tu cuerpo no respondería tan rápido a mí, Yama-chan –sonrió feliz, soltando sus muñecas y solo dedicándose a acariciar su rostro-

El castaño no podía comprender, ¿porque respondió a su beso? ¿Quién era ese muchacho?..

-¿Cómo te llamas? –susurro, bajando su mirada pero no rechazando las caricias que el alto le ofrecía-

-Sigues con eso… Me preocupe cuando tuviste el accidente, vine a verte unas 10 veces, pero tus padres no me dejaban entrar, siempre me decían que necesitabas reposar pero que te encontrabas bien~ Sobre respecto a lo otro.. Yama-chan puedo explicarlo~ yo..

-No te conozco!, no sé quien diablos eres tú!! Es más, ¿Quién te dijo mi nombre?! –Volvió a estar furioso, ese chico hablaba de cosas que desconocía, su cabeza comenzó a dolerle y con las pocas fuerzas que tenía lo empujo fuerte haciendo que el alto cayera al piso-

-Ya fue suficiente!!.. ¿me vas a decir que solo de mi no te acuerdas?!! –Se puso de pie, tomándolo de los hombros y sacudiéndolo- Soy Yuto Nakajima!, soy tu novio!, llevamos  5 meses de relación y soy la persona que esta locamente enamorado de ti!!.. ¿¡Ahora me recuerdas~ Yamada!?...-Volvió a sacudirlo, quería que el mayor le contestase, que le dijera como siempre “yo también te amo” pero solo vió como este agacho la mirada, moviendo los hombros y soltándose de su agarre-

-Lo siento… Debes haberme confundido, yo no he perdido la memoria, no te conozco.. gomen~

Que mas podía decir, en realidad no sabía quién era el supuesto “Yuto” ¿su novio? El recordaba toda su vida, sus amigos, sus antiguas novias, a sus padres y hasta la primera mascota que tuvo.. Pero en ninguno de los recuerdos estaba Yuto… “Ese chico debió confundirse” repetía en su mente, abrigando su cuerpo con sus propios brazos ¿Por qué sentía frio?... 

-Estas bromeando… Yama-chan~ lo que viste fue un error, no puedes jugar con no recordarme así tan despreocupadamente..-Miro al castaño queriendo encontrar respuesta alguna, pero su mirada no fue correspondida en ningún momento- Yamada!.. No!..no!!.. no me hagas esto!!.. –Volvió a tomar sus muñecas y lo empujo hacia una pared, susurrándole en el oído- Te amo.. no mientas~

Ryosuke forcejeo, el aliento que el menor soltó al hablar hizo que su piel se erizara, trato de escapar al empujarlo con su pecho cosa que fue aprovecha por el pelinegro para hacer un roce entre sus cuerpos y comenzar a dejar pequeños besos por  su esbelto cuello.  Yamada no podía comprenderlo, estaba respondiendo ante sus caricias, y sin poder evitarlo un leve gemido salió de sus labios, dejando caer su cuerpo al suelo. El pelinegro sonrió de medio lado, sabía que el mayor lo recordaba, solo fingía porque aún estaba molesto con él, se agachó a la misma altura que el castaño, y como si conociera ya el camino paso sus manos hasta desabrochar el pantalón estorboso y adentrar sus largos dedos hasta tocar el falo del mayor, escuchando su nombre entre gemidos del más bajo.

-Vez como si me recuerdas, mi Yama-chan..-Tomo por completo el falo, masturbándolo como a Yamada le gustaba, bajando la piel que cubría el miembro para apretar con sutileza la punta- Te amo…

-Ahh~!.. Esto está mal.. Para…-Hizo caso omiso a las últimas palabras del pelinegro, y aún gimiendo intento separarlo sin mucha fuerza- Que estoy haciendo con un desconocido, está mal..!.. 

Yuto mordió su labio de la impotencia, y con la mano llena de la esencia del mayor, se levanto, suspiro con melancolía mientras miraba al castaño que aun se encontraba en el piso.

-Estas mintiéndome.. Debes mentir! ¿Cómo no te vas a acordar de mi?!.- Unas lágrimas rodaron por su rostro las cuales limpio con la mano,  le dio la espalda, cada una de las palabras y los rechazos con el que lo miraba estaban destruyéndolo- Eres un mentiroso!..

-Yo.. te dije que no te conocía, por favor vete de mi casa~ mis padres llegaran y creo que el que miente es otro..-susurro lo suficientemente alto para que lo escuchase, dándose cuenta que aun tenia la bragueta y el desabrochado el pantalón, sonrojado lo cerró, dándose recién cuenta de las lagrimas de Yuto- Lo siento..-pronunció mordiendo con fuerza su propio labio, ver el infantil rostro del alto lleno de lágrimas le provocaba un dolor indescriptible en el pecho-

Yuto sacudió su camisa, acomodándosela y secando los últimos rastros de lágrimas ayudo al mayor a levantarse, le acomodo mejor el pantalón junto a la camisa, y con un chasquido de dientes le dio la espalda caminando hacia la puerta-Yo se que estas mintiendo, sé que me amas y que nunca te olvidarías de mi~

Y así como entro a la casa, salió de ella, cerrando la puerta detrás suyo con esas últimas palabras que se quedaron grabadas en la mente del castaño..

-Es.. cálido~ -balbuceo mirando la puerta cerrada y después de ello corriendo hasta su dormitorio. Se metió bajo las sabanas, ocultando la cabeza en ella, quería saber ¿Quién era Yuto? ¿Por qué sus besos sabían igual o mucho mejor cuando comía su tarta de fresa? ¿Porqué aún su sonrojo no bajaba?– Es cálido~