Strawberry Kiss ♥/capítulo 6

Parejas: YamaJima // TakaChii

Autora: Mitsue-chan

Serial

Notas: Waaaaa, pensaba escribir la semana anterior D: Estoy en finales T_T .. Bueno termine este capítulo hoy mismo, es corto..¿creo? D: pero quise subirlo, sino cuando lo subiría DD:! Hay lemon xDDD haahha sigo diciendo.. me da tanta pena al escribir lemon D//:

Hay faltas ortográficas u.ú no corregí nada y pues.. nose D: Ya sé porque estoy así O.O!! tengoooo hambreeee!!!!! –se va a comer algo- douzooo!

Las tenues luces que iluminaban el lugar hacían visible dos siluetas arrinconadas a un lado que parecían bailar por los constantes movimientos,  que a vista de otros podrían tratarse de alguna sombra que a cualquiera asustaría. También podría decirse lo mismo de los gruñidos provenientes de las mismas sombras. Otras personas que pasaban por la recta del pasillo apresuraban sus pasos ante tales muestras de espanto que le provocaba esas imágenes, no llegando a ver a los verdaderos causantes de eso.

Movía con sensualidad su lengua en forma horizontal por el cuello del mayor, la punta de esta presionaba en la manzana de Adan y lo mismo al llegar al mentón, que luego abría los labios para darle una mojada succión.

Se encontraban sentados detrás de la pantalla de luz que habían visto anteriormente, la espalda del castaño descansaba en ella, teniendo las piernas flexionadas pero lo suficientemente abiertas para mantener una persona entre ellas, Yuto.

Las manos de ambos jugaban entre sí, rozándose con sutileza que mas parecían caricias de ambos lados, las ropas que estaban a medio quitar hablaban por sí mismas, ya no había marcha atrás.

-Acá no, Yuto-kun – que inútil se oían los comentarios, y más cuando demostraba todo lo contrario.

-shiff, te pueden oír –cada palabra era dicha con ternura, Yuto dejo de jugar en la blanca piel del cuello, para mirar sus ojos y decirle que no quería parar. Quería continuar y volver hacerlo suyo.

Las manos que hace un rato permanecían quietas y entrelazadas a una más chica, iba con desdén desabotonando la camisa de su dueño y la del ajeno, apoyando las huellas dactilares sobre la piel ya desnuda, que se tensaba y erizaba ante ellos. Los besos no se hicieron esperar y ya mas en confianza, el menor saboreaba lo que tuviera al alcance, pero el mayor era más preciso dejándole besos alrededor del rostro, e importándole poco en qué situación se encontraban.

-¿Puedo? –detuvo sus movimientos, dejando que ambas manos tomaran el pequeño rostro del castaño y con los pulgares tocaran sus labios, lo que más quería era que Ryosuke lo dejara besarlo y como aun no se sentía tan seguro, pidió permiso.

-Me haces esto y aquello y ahora, ¿pides permiso? –No era un reproche ni mucho menos molestia, todo lo había dicho con las mejillas levemente infladas y sonrojadas.

Sonrieron, el menor comenzó con un gentil beso. Ambos muchachos sentían la suavidad del otro, y lo maravillosamente bien que encajaban sus labios, tanto que parecían estar hecho el uno para el otro. La lejanía ya era nula, sus cuerpos desnudos se rozaban y erizaban ante la temperatura de otro. Los labios entreabiertos de Yamada por el gemido que había soltado, provocaron a que Yuto ingresara su lengua y rebuscara en su interior hasta hallar la del mayor y comenzar un beso más húmedo e intenso que acompañaba con las caricias que ya estaba dando en la parte baja del mayor. 

-Ahhh… 

Ambos gemían casi al compas, uno más raspantes que el otro. Yamada se sobresalto al notar la escabullida mano ajena dentro de sus pantalones que tomaba con un agarre firme su falo y lo llevaba a placeres inimaginables. Los gemidos más dulces provenían de él.

Sujeto su cintura con un brazo ayudándose a bajarle el pantalón y tener más acceso a todo su cuerpo,  ahora ya lo tenía casi desnudo, gimiendo y un poco lloroso. Era tan hermoso volver a sentirlo entre sus brazos.

El suelo frio comenzó a molestar al más pequeño de los dos y como si el otro lo supiera, se hecho en el piso dejando el goteante miembro del castaño para ayudarlo a ponerse en su encima, ya acomodado arriba guio con gentileza la mano izquierda al endurecido falo y la otra acariciando sus nalgas y de vez en cuando piñizcando.

-Ahhh….no aprie..tes tanto, me correré ahh..-

Una sonrisa lasciva rondaba por los labios del pelinegro, y como si fuera guiado, sus dedos se abrían paso entre las nalgas del mayor, apretando su rosada entrada con los dedos.

Un gemido meloso se oyó entre ellos.

-Como siempre tan  estrecho..-

-¿Qu..que? ..ahhhh!!–

Por fin los dedos se habían clavado dentro, falto un empujón más para que entraran por completo. Los gemidos eran mesurados, pero aun así ninguno de los dos quería parar. Yamada comenzó a sentir el gusto por tener  la invasión dentro suyo, y hasta se podría decir que quería sentirlo más profundo y aun mas con el placer de tener su falo erecto y bien cuidado por las manos del apuesto muchacho que lo había llevado en tan solo un par de semanas a la locura.

Las palmas de las manos hacían contacto con el suelo, ambas estaban a cada lado de los cabellos pelinegros, temblando a cada hincón que le daban dentro suyo, su sudor se expandió por el cuello y sus tetillas estaban más que duras, de un momento a otro parecía que iría a caer en el pecho del alto pero sus fuerzas volvían cuando el dedo pulgar presionaba la cabecita del pene y los dedos en su interior se abrían en forma de tijeras.

-Ahhhh!!!! Espera….uhmm!....me caeré..

-Recuéstate en mi pecho-

La respiración entrecortada choco en el pecho del menor. La entrada parecía haberse dilatado bien, los dedos entraban como mantequilla, absorbiéndolos, casi tragándolos.

-No puedo esperar mas…-

Dejo de masturbarlo, y penetrarlo con los dedos, agarro sus caderas subiéndolo hasta su pelvis para luego posar la mirada en sus ojos e ir bajando la bragueta.

-¿lo meterás…?

Yuto se quedo mirando unos segundos el rostro dubitativo y sonrojado de Ryusuke y no pudo evitar reír, se veía realmente adorable al decir aquello.

-Te hare sentir bien –le guiño el ojo, y termino por sacar su falo-

-N..no te rías!, solo era una pregunta –su miraba había escapado de la del pelinegro-

Sonrió, no falto que se masturbara ya que ni bien saco al aire libre su miembro, este ya estaba erecto y listo para profanar la entrada del adorable Yamada. 

Los ojos negros recorrieron por debajo hasta ver la hombría que amenazaba por entrar en su interior. Un pequeño rubor se había formado en sus mejillas al notar el tamaño, trago saliva y rezo para que pudiera entrar por completo dentro por completo, deseaba ser uno con Yuto.

Presiono la punta del falo en el orificio logrando que la cabecita entrara sin problemas, pero al intentar empujar el grito de Yamada lo alarmo y se detuvo

-ayyy!!, ya sabía….no entrara, ¿Qué haremos? –lo veía con los ojos llorosos y apenado, pensando que era su culpa que no entrara por completo-

Yuto vio con ternura la escenita que le dio el castaño, y pensando como la primera vez que tuvieron relaciones, beso su frente y dijo.

-Te amo..- Las mejillas de Yamada se encendieron en rojo intenso

El frasquito resbalo de su bolsillo, y antes que se perdiera de su vista lo tomo y abrió con rapidez, unto una cantidad moderada en sus manos y con eso cubrió su falo por completo, hizo el mismo procedimiento con sus dedos pero esta vez dentro del ano del mayor, llevando también su dedo medio dentro para que su interior este resbaladizo y lubricado.

-ahh..!! espe…espera ahhh, ¿Qué me estas poniendo? Ummmm!, est…a frio-

-Ahora si entrara, todito..-

Las caderas acompañadas en su encima de manos grandes hicieron que cayera encima del lubricado miembro, entrando por completo, como si fueran hechos a medida, ambos gimieron placenteramente.

-Entro.. Ahhhhh!!! , ¿pero cómo? Te… estas, moviendo ahhh!... demasiado rápido uhmmm-

Aunque estuviera debajo no le fue impedimento en mover a voluntad su pelvis, haciendo un choque fuerte y totalmente directo en la próstata del castaño, su ritmo aumentaba cada vez que los gemidos provocativos llegaban a sus oídos, es ahí cuando le daba con más dureza y rapidez.

-Me echaste de ese frasco.. Ahhhhhhh!!!! Qué bien se siente… ahhh!!, mass!-

El soporte que antes era el pecho del menor, ahora eran sus propias rodillas, ya que se había levantado lo suficiente para ayudar a hacer las embestidas más profundas y aceleradas, el punto más extasiado era cuando con fuerza golpeaba la próstata y gemían ambos casi al mismo tiempo. En ese momento ya había tomado el frasco tirado a un lado, y aunque los gemidos no lo dejaban pensar pudo visualizar el pequeño frasco y el olor que desprendía de el.

-Fresa…-

Yuto había subido también la velocidad, las manos desocupadas ahora volvían a masturbar el falo que empezaba a encogerse pero rápidamente tomo su tamaño al ser tocado. Ambos estaban gimiendo y el choque entre ambos cuerpos daba a entender que ya no durarían más, era también visible por las pequeñas gotitas que brotaban del pene que había sujetado.

-Me correré.. uhmmm-

-Ahhh…y..yo también!-

Basto dos embestidas para que el pecho de Yuto quedara manchado y la entrada del castaño con el liquido blanco saliendo de su interior. 

-Yuto…-

El pelinegro que ya había sacado su miembro pero aun tenia encima al castaño se extraño de no ser llamado con el término de “kun”, lo miro esperando no oír reproveches por el maravilloso momento que acababan de vivir, y más aun esperaba que Ryo-chan lo aceptara, aceptara sus sentimientos hacia él.

-Te había dicho que no era necesario comprar con olor a fresa, Yuto –mordió su labio en una sonrisa que lo hacía brillar ante la oscuridad de donde estaban-

-Sabes que a mí me gus…¿Qué?! Ryo-chan.. tu….

-Te amo, mi amor.. Ya recordé todo, Yuto –Lo beso aun manteniendo la sonrisa. En ese instante que tomo el frasco un monton de recuerdos inundo su cabeza, el primer dia de encuentro, su primer beso, su primera vez, las confesiones de amor, su locura de amor..Recordó todo como si hubiera sido ayer, su amor prendió la llama que había estado apagada.