Tipo: One-shot
Pareja: Takadai
Autora: Tomoyo-chan
Hola ._. a veces odio esta cara este es mi primer fic terminado y el primero que publico, soy inexperta en esto así que espero no ser un fraude x''D este fic nació de madrugada 2am creo... después de hablar con Akemi sobre un castigo para Yuya e.é creo que mis deseos reprimidos salieron a flote xDDD ok no! soy un pan de dios en fin! espero les guste y comenten. Gracias =^^=
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Hacía más de un mes que Yuya no
lo tocaba, su piel había perdido el aroma de su novio que a pesar de tener un
año juntos hace meses no se comportaba de la manera “normal” había cambiado la
hora de los mimos y atenciones, por la hora de los reproches y ya el típico
“estoy cansado”. A pesar de que Daiki era un chico dulce y en ocasiones
inocente, no tenía ni un pelo de tonto, sabía que algo no marchaba bien, algo…
o alguien estaba inquietando a su novio, de nuevo.
No era la primera vez en que el
apuesto Takaki perdía el interés en su amoroso novio, y con sólo verlo a la
cara lo sabía, no le era necesario oler su camisa apestosa a perfume barato, ni
revisarle el cuello en donde yacían abundantes marcas que delataban sus
encuentros pasionales con alguno de sus amantes
de ocasión.
-Sé que lo haces de nuevo- dijo
el castaño mirando con insistencia a su joven pareja la cual miraba el
televisor en la madrugada, en lugar de estar durmiendo-
-¿Hacer qué?- soltó una carcajada
llena de descaro, y sin voltear a mirarlo sonrió de lado, con un poco de
victoria en ese gesto, el cual sabía que molestaba demasiado a Daiki.
Tomo aire y se volvió hacia su
habitación, mientras repetía para sí:
“Arioka ¡idiota! ¿Por qué? ¿Por qué permites que ese mal nacido te
trate como basura? ¿Por qué no te dejas de tonterías y entiendes que amar no es
nada de lo que él te da?...”
Pero siempre justo cuando llegaba
a esa pregunta, aquella que contenía la palabra amor, miles de recuerdos
volvían a la mente del noble chico, recordaba cuando se conocieron, la forma
tan tonta en que le pidió salir por vez primera, su primer beso era su más
grande tesoro, sus planes de vivir juntos, risas y palabras de amor, palabras
que se quedaron meses atrás, dolían demasiado tantos recuerdos, pero dolía más
alejarse y ver desde lejos como alguien más ocuparía su lugar en cuestión de
días cuando mucho.
Se tiró en la cama y se cubrió
con la manta completamente, aun lograba escuchar el ruido del televisor, cosa
que lo irritaba más, cerro sus ojos esperando que el sueño llegase y lo
cobijara entre sus brazos, sólo deseaba dormir y despertar creyendo que todo
era un sueño. Pero eso no pasaría, sonó su alarma y al abrir sus ojos se
encontró en la cama con el pantalón y camisa del su novio, el cual tomaba un
baño, tomo la prenda de color claro y no alcanzo a revisar el cuello cuando
pudo percibir de nuevo ese fétido aroma a barato, todo indicaba que había
esperado a que el castaño durmiera y había escapado de nuevo por la noche como
los gatos en celo, donde su intelecto se quedaba por debajo de sus instintos.
Demasiada rabia era lo único que
podía sentir en ese momento, miró a la cama y tomo el pantalón, se lo había
regalado en navidad y había prometido usarlo cuando tuvieran una cita llena de
romance como a ambos les gustaban, o quizá a Yuya no, en ese momento ya nada
era seguro, todo había perdido su valor, poco a poco se le derrumbaba el mundo
al joven Arioka, revisó los bolsillos en busca de algo más, dentro de él se
encontraba un curioso frasco de color blanco-
-¿Medicamento? –susurró para sí
mismo, quizá su novio estaba enfermo y él no lo sabía, tal vez por eso se
alejaba, sin esperar demasiado abrió el frasco, quedando pasmado al ver
aquellas pequeñas pastillas azules, pero no era lo único que estaba en aquel
pequeño recipiente, sacó el que parecía ser un papel y en efecto era una nota,
que después de leerla fue la causante de unas cuantas lágrimas más.
“Estuvo delicioso, pero mañana una de estas hará que la pasemos mejor que todas las veces anteriores, te veo en el desayuno. Yuto”
El sonido de la regadera ya no
era audible, asustado y dolido no espero a que su novio saliera del baño, y
partió rumbo hacia la cocina, entre lágrimas tomó unas naranjas y como todos
los días preparó el desayuno para ambos.
-Daii... quiero sólo un café voy
tarde desayunare con un cliente importante – sin responder solamente se quedó
sumergido en sus pensamientos, un cliente…su amante pensaba, miró el
frasco y tomó unas cuantas pastillas,
las molió y vertió en el café aquel polvo azul, no estaba seguro de lo que
hacía sin embargo el dolor lo cegaba y sólo pensaba en dañarlo como él lo había
hecho, limpió sus mejillas con las mangas de su camisa de dormir y le dejó la
taza de café sobre la mesa, continuando con la preparación del desayuno. Lo
miró de reojo mientras el más alto de los dos bebía su café como todos los días
y sin despedirse de su novio salió azotando ligeramente la puerta.
Te amo…-susurro Daiki después de
asomarse por la ventana y verlo partir, terminó de recoger la cocina como
cualquier otro día, se dirigió a su habitación e hizo su maleta- Creo que mis
padres estarán contentos de verme, hace mucho que no visito a mis amistades, ¿cómo
estará Kei y Yuri?- sonreía pensando en ellos. Al parecer el menor se había
trastornado por completo y actuaba de lo más normal.
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El pelinegro lo recibió en su
casa con un coctel en mano, en el cual minutos antes había puesto dos pequeñas
pastillas azules, Takaki lo bebió por completo sin chistar, estaba ansioso por
besar a su amante, así que en cuanto termino con la bebida, lo tomó en sus
brazos, desnudándolo al mismo compás de aquel beso, parecían devorarse, ambos
ansiosos por sentirse, la ropa quedo por toda la habitación, misma que se
acaloro al tenerlos sobre la cama desnudos y jadeantes, los discretos gemidos
de Yuya se combinaban con los del menor al cual le encantaba hacer escándalo,
sus cuerpos sudados continuaban con su entrega, la cual culminaría con un
grandioso orgasmo, el medicamento había cumplido su función, lo follaba como
nunca antes había follado a nadie, con tanta fuerza que ponía su acelerado
corazón al límite, un gran grito por parte de Yuto anuncio el final de aquel
acto que sin saber sería el último de Takaki, su corazón no resistió, había
ingerido demasiado medicamento, y en efecto aquella mañana se había divertido
como nunca, un excitante placer que lo llevo a la muerte. El medico informó que
había sufrido un infarto.
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Terminó de arreglar la casa y aun
le quedo tiempo para bañarse y alistarse. Miró a su alrededor y todo lucia en
perfecto orden, el teléfono sonó y sin prisa se acercó a él y lo contestó-
-Moshi moshi…- contestó de manera amable como siempre lo hacía.
-Moshi moshi…- contestó de manera amable como siempre lo hacía.
-Yuya….Yuya murió- era la voz de
al parecer un chico, los sollozos le
impedían hablar con claridad.
-No sé quién es Yuya…número
equivocado- colgó la bocina sintiendo como su corazón dolía tal cual como si
estuviese siendo apretado por una mano, sin embargo no lloraba, sus lágrimas se
habían terminado, Takaki había acabado con ellas, tomó su maleta y salió de
aquel pequeño departamento que juntos rentaron aquel día de verano después de
haber hablado sobre tener una familia. Era claro que eso sólo había sido un
momento de falsas promesas como muchos otros.
Aaaaaaahhh Pobre Yuya, se porto muy mal con Dai-chan, pero supongo que murió feliz XD
ResponderEliminarEscribes muy bien Tomoyo-chan =)
Yuko "I LOVE JUMP"
Gracias anónimo ><~ mi primer comerario wiii~
EliminarClaro, tomoyo-chan, me gusta como escribes, sigue así, vendré a ver las cosas que subes nuevas, yuya sinceramente se porto como un idiota, como se atrevió a engañar al lindo Daiki, el que solo le amaba y se esforzaba por el, no, no, no, no, mal hecho, takaki, mal hecho, pues ahí tienes, quien te manda a ser un maldito caliente, aunque... eso me recuerda a alguien!? xD ya, ya, jajaja Tomo-chan, gambatte <3
ResponderEliminarA-c-t-u-a-l-i-z-a p-r-o-n-t-o! ya quiero leerte de nuevo, perezosa <3
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