Solo amigos... -Capítulo 4-

Título: Solo amigos

Capítulos: 4/?

Pareja: Inoodai

Autora: Akemi-chan

Nota: Me faltó decir en la otra publicación gracias! A las pocas personas que comentan y a las que no lo hacen pero leen el fic aunque sea de casualidad ;_; ♥♥ las/los adoro [Por si hay algún jumper hombre :3] Muchas e infinitas gracias por soportar lo que escribo aunque aveces sea un poco cursi xD.

Ahora si en cuanto al fic.. espero les agrade owo~

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Dos meses…

Había llegado Noviembre, ya pronto llegaría la Navidad y como cada año en estas fechas, las mañanas eran más alborotadas de lo usual. Correr para tomar el tren o el bus era rutinario, excepto para mi. Mi casa quedaba por fortuna a solo unas cuadras del instituto por lo tanto podia escoger entre llegar tarde o temprano pero ese dia,justo ese dia mi despertador había decidido descomponerse. Eran las 7:30 am y corria por las calles con el maletín en mano y el uniforme a medio arreglar.

—Creí que ya no llegarías—

—¿Y perderme nuestra graduación? Estas loco Kota.. —

—Ayer tuviste una celebración privada ¿verdad? —

—Algo asi ¿ Estás celoso? —

—Si claro, muero de celos por tu pequeño novio—

—Shh.. chicos ya va a comenzar.. —

Tan oportuno siempre, Hikaru no podía admitir los celos que tenía aún y cuando sus ojos lo reflejaban notoriamente.

—Tomen asiento—

Se escuchó y con ello inició la ceremonia que duró 2 horas. Mi salón fue el primero en ser llamado. Kota tan seguro de si mismo,subió las escaleras y recibió el diploma seguido por la mirada cautelosa de Hikaru ,este a su vez hizo lo mismo,no sin antes guiñarle uno de los ojos a la profesora con la que más había sufrido. Clásico en él, la marca de Yaotome.

—Inoo Kei—

Anunció el director y tuve que ponerme firme aunque mis piernas amenazaron con doblarse por los nervios. Caminé lo más seguro posible, recibí el diploma e hice una reverencia, giré para bajar las escaleras y en ese breve instante pude notar la mirada de cierto joven con melena castaña.

—Eres tan notorio Kei.. —Dijo Kota cuando volví.

—¿De que hablas? —

—Te acabas de graduar y al primero que viste no fue a tu novio—

—Callate—

—Shh! —

Rodé los ojos, Hikaru nuevamente interrumpió aunque esta vez había acertado.

El siguiente grupo de alumnos era más pequeño pero era lo que menos importaba porque el último grupo era el de Daiki y su adorado novio. Ambos no habían dejado de tomarse la mano desde que la ceremonia comenzó y cuando Yuya recibió su diploma no pude evitar ver a Daiki. Quería ver algún gesto suyo, uno que me hiciera asegurarme de que el dejarlo ir fue lo correcto pero él solo sonrió tan dulcemente como siempre y luego como si fuese atracción, sus ojos tocaron los mios por un breve instante.

—Arioka Daiki—

Sonrió cual niño al recibir un regalo, desde pequeños solíamos hablar de lo felices que estaríamos al graduarnos para experimentar el estar en una universidad. Ser universitarios, conocer personas, cosas usuales que se suelen pensar de niños. Pero eso no importaba ahora al parecer, porque apenas y pudo corrió a los brazos largos de Yuya y no cruzamos más miradas durante los siguientes quince minutos que faltaban para acabar la ceremonia.

—Kei mírame…—

Escuché y detuve mis pensamientos banales. Estaba en mi habitación, Kota había propuesto el ir a comer juntos y claro tomar algo para celebrar pero el repentino llamado de mi sonriente novio canceló nuestros planes. Traté de convencerlo que podríamos pasar el dia siguiente juntos pero él como ya sabia hacerlo, con  susurros sublimes y caricias aparentemente inocentes, me convenció. Y asi  llegamos a mi casa, mis padres parecían haberse puesto de acuerdo, ambos tuvieron que viajar. Mi padre por viaje de negocios y mi madre porque un familiar estaba delicado. No pude siquiera decirle que era mi graduación, si lo hubiera hecho ella se habría quedado,me habría abrazado hasta quitarme la respiración y seguramente me habría echo mi comida favorita, pero estaría preocupada, no podría disfrutar como yo asi que decidí no decirlo. Cuando volviera más calmada le informaría todo.

En conclusión estaba todo predispuesto; pedimos pizza para comer, miramos una película que se redujo a caricias y besos y llegamos a la habitación donde con la torpeza que me caracteriza, boté un cuadro con una de mis manos, el cuadro de nuestra niñez. Daiki colgado en mi espalda, yo casi cayéndome con él encima y un par de amigos riendo de los cuales ni el nombre recuerdo.

—Kei…—

Volvió a llamarme y pronto sentí una incomodidad entre mis piernas.

Ahí estaba, arrodillado con el cuerpo desnudo, sosteniendo con las manos el borde del único impedimento para hacerme perder la cordura.

—No es el momento de pensar en otras cosas…debo enseñarte amor…que cuando yo estoy cerca, soy el único dueño de tus pensamientos—

—Yuri espera…—

Negó con el rostro, ya sus labios rozaban mi falo erguido, preparado pues ya conocían el tacto suave de sus pequeñas manos.

—Shh.. —

Y lo lamió. Lamió el glande, lamió el largo de mi miembro que comenzaba a crecer con cada roce de su lengua y jugueteó con mis testículos .Sonrió, cuál niño travieso que era y cuando ya me vió con la completa atención en él, ingresó mi sexo a su boca y comenzó a chuparlo con habilidad, rozando  su lengua y dientes con cada vaivén de metida y sacada que daba.

Solté el cuadro pequeño de mis manos, no porque quisiera hacerlo sino porque el hormigueo de entre mis piernas casi me obligaba a prestar atención a Yuri. Lo solté sin compasión, cerrando  mi mente, ocupándome ahora en solo la pequeña persona frente a mi. Lo veía con los ojos cerrados, las mejillas ruborizadas y los labios completamente centrados en lo que hacían.

—Kei…—

Susurró mirándome a los ojos, era claro lo que quería pero no estaba dispuesto a tener un orgasmo en sus labios.

—No Yuri...ven aquí.. —

Lo tomé de los hombros y lo eché en la cama sin espera, me acomode sobre él y abrí sus piernas posicionándome para entrar en cualquier momento. Él solo rodeó uno de sus  brazos en mi cuello, frotó sus caderas contra las mías y con descaro acarició su miembro y luego su entrada.

Demasiada tentación…demasiada espera..

.

.

.

.

—¿Qué harás por Navidad?¿La pasarás con tus padres? —

—No estoy seguro, mi padre está de viaje por negocios y mi madre pues, viajará también. Su tía está más delicada de salud —

—Bueno ya sabes que si estás solo, las puertas de mi departamento están abiertas—

—¿E interrumpir a Hikaru y a ti en su momento más cariñoso? No, gracias—

Reimos, Kota sabia a lo que me referia… anteriores oportunidades las intenté pasar con ellos y entre beso y beso “navideño” yo acababa por tomar champán solo, mirando  uno que otro programa de la televisión.

—Bueno...¿Y Yuri?¿Por qué no la pasas con él? —

—Aún tiene 15 y sus padres viajarán a visitar familiares, asi que es lógico que se lo lleven—

—Y …¿Daiki? —

—Tema cerrado. Me la pasaré estudiando, el exámen para el ingreso a la universidad es a principios de Diciembre y aún me falta mucho que repasar… —

Kota rodó los ojos,alzó los hombros y me  volvió a sonreir.

—No te sobre exijas mi amigo arquitecto.. —

Palmeó mi hombro y reimos en conjunto.

Habia decidido estudiar arquitectura, de hecho fue una sorpresa para Hikaru y Kota que decidiera hacerlo. Nunca me había fijado una meta en especial, durante mi niñez pensaba más en daiki que en mi futuro. En verdad el amor te vuelve idiota. Pero ese último año lo había decidido, un amigo de mi madre me llevó en una oportunidad a ver su trabajo. Dibujar trazos, marcarlos, analizar posiciones, medidas. Todo parecía sumamente interesante...y fue en ese momento que dije ¿Por qué no?

Y así lo hice, organicé mis horas de estudio y aunque abusé un poco de mi forzándome a estudiar sin cesar, los últimos días pude acentuar mi seguridad, mi confianza en mi mismo.

Tal y como lo predije mis padres viajaron dos días antes de navidad. Me dejaron un “Feliz navidad adelantada” escrito en un papel junto a la cantidad de dinero suficiente para mi subsistencia por unos días.

  24 de diciembre…

Una chaqueta de cuero, un pantalón jean cualquiera y una bufanda que abrigaba mi cuello del frio clima. Fue asi como salí de casa. Era vísperas de navidad y decidí brindarme un buen merecido descanso, al menos por un rato.

Las calles estaban luminosas, las diferentes luces, adornos de papa Noel, renos y hombres de nieve eran gratos a la vista, parecía una casa competir con la otra. Pero a pesar de eso algunas personas se robaban la atención. Algunos cargando juguetes que olvidaron comprar,otros ya con algunos tragos de más y claro no podían faltan los grupos de personas vestidas como personajes típicos navideños.

Me entretuve viendo a un par de chicas que venían en sentido contrario. No por su belleza aunque en verdad eran hermosas, tampoco por su vestimenta que dejaba poco a la imaginación sino por lo dulces que se veían tratando de calmar a un pequeño niño que al parecer, estaba perdido.

—¡Ten cuidado!—Reclamó alguien deteniendo mi camino hacia esas tres personas.

—Lo siento me distraje— Dije como típica disculpa pero al querer ver a la persona con la cuál había chocado me di con la desafortunada sorpresa que era cierto alto con cabello castaño, dueño del corazón que pudo ser mio.

—Yuya… ¿Tú por aqui? —

—Entre tantas personas me tuve que chocar contigo.. —Bufó y rodeó los ojos demostrándome una vez más su extremo aprecio.

—Me gustaría que muestres esa misma actitud frente a Daiki, Yuya. —

—Hablando de él, en este preciso instante voy a verlo ¿No quieres unirtenos? Estaremos solos en su casa. —

—No quiero hacer mal tercio, tengo cosas que hacer. Adiós Yuya—

No pensaba caer en sus provocaciones.

¿Cosas que hacer? Si como no. Esa noche recibí la medianoche entre papeles. Si no ocupaba mi mente en algo me pondría en una actitud deplorable. Yuya sabía que mi punto débil era Daiki y siempre buscaba la manera de atacarme sin siquiera tocarme.

—¿Kei? ¡Al fin contestas! Te he estado llamando por más de una hora. —

—Lo siento Kota, estaba con mis padres y dejé el celular en vibrador—

—¿Sabes por qué te llamo verdad?¿Ya viste los resultados?¿Cómo te fue? —

—No hagas tantas preguntas. Pasé, entre los 30 primeros puestos —

—¿Y lo dices tan calmado?¡Has ingresado! ¡Eso merece una celebración! —

Kota y Hikaru quisieron celebrar mi logro pero los rechazé. No había descansado bien en meses. Las ojeras se habian marcado en mi rostro y luego de  lograr mi objetivo no pude tener mejor celebración que un descanso placentero.

Pero en verdad decir no a ese par era solo posponer lo inevitable.

—¿Qué dices de un campamento? —

—¿Ahora que se te ha ocurrido Kota? —

—Hikaru tiene una loca idea para celebrar tu ingreso de manera original—

Ideas de Hikaru. Ideas peligrosas..

—Ir de campamento al instituto. Se cuenta que antes fue un convento y fue un cementerio o algo asi. Ya sabes, los clásicos mitos y Hika quiere corroborar que sean verdaderos. —

—¿Y esa es su idea de diversión? —

—Shh. Todo está listo, lo haremos en año nuevo. Ese dia los vigilantes salen de sus puestos temprano y estará completamente vacío. Asi que alista lo necesario,será divertido…voy a cortar,ya llegó la pizza. Nos vemos—

—Espera yo no.. —

Lo dicho, no pude ni siquiera negarme. Hikaru siempre había sido aficionado a descubrir cosas paranormales pero Kota y yo no, ahí estaba lo raro, el repentino entusiasmo de mi mejor amigo.

  

  31 de Diciembre…

Preparaba las cosas para llevar. Era solo una noche, estaríamos dentro de la civilización y con todo tipo de comodidades. Desde electricidad hasta servicios higiénicos. Un campamento inusual pero cómodo en verdad, lo único por llevar fue la bolsa de dormir, útiles de aseo  y algunas prendas para el frío.

Llegué al recinto a las 10 de la noche. Algunos fuegos artificiales ya sonaban en el firmamento y yo con cierta torpeza cargaba mis cosas. Hikaru y su rubia cabellera me recibieron al llegar,estaba ya instalado hasta con una fogata en medio del césped. Extrañamente mi amigo de la infancia no se encontraba cerca. 11 pm y no llegaba, me comenzaba a preocupar mientras Hikaru comia malvaviscos y me invitaba unos cuantos, ignorando mi preocupación.

—¿Dónde se ha metido Kota? Es raro que no llegue.Él suele ser puntual.—

—Hace rato que debió volver es cierto, me dijo que iría a hacer una llamada y volvía enseguida. Mmm  ya se demoró bastante—

Al fin parecía tomar conciencia, él era su novio después de todo ¿Por qué no estaba tan preocupado como yo?

—¿Te parece si vamos a buscarlo? Quizás se perdió—

Propuse y mi rubio amigo aceptó.

—Bueno yo voy por dentro del edificio, tú búscalo por los alrededores, ya sabes el depósito donde guardan las cosas de gimnasia, nose por ahí—

Y así lo hice, caminé por los campos de fútbol,de tenis e incluso fui al gimnasio pero nada, ni la sombra de Kota pero cuando iba a volver para ver que tal le había ido a Hikaru recordé que faltaba el depósito, aunque encontrarlo ahí era tonto de creer. Yabu no tendría razón para ir ahí.

—¡Kota! —

Grité asomándome por la puerta,esta estaba cerrada pero fue fácil abrirla asi que decidí entrar un momento.

—¿Kei?—Escuché.

—¿Kota? —

Volví a preguntar al oír esa voz, adentrándome más al oscuro lugar.

—Kei espera! no cierres la…—

—..¿Daiki? ¿Tú que haces aquí?—

Ignoró mis preguntas, siguió de frente hacia el portón por el que había entrado y golpeó este dos veces, luego me vio y suspiró.

—Tarado…cerraste la puerta ¡¿Y ahora cómo vamos a salir?! —

—¿Eh? —