Pequeña leccion de aprendizaje ♥

Parejas: InoDai

Autora: Mitsue

One-shot

Notas: Pues ._. hace tiempo que no escribo un InoDai :D y como tenía tiempo esta noche xDD pues me puse a escribir algo que saliera de esta cabecita –señala su moño-. Este InoDai me dio risa, no me acuerdo de cuando acá me he vuelto tan pervertida DD:!!!! Me asusto yo misma –w-¡. Espero que lo lean(¿??  Y que les agrade(¿?? ;O;  supongo ._.

-Daiki!, te he dicho que pares!! –alzo la voz el pelinegro intentando zafarse del agarre que tenía el menor, sacando su miembro antes que fuera engullido por los cálidos labios del pequeño que seguía arrodillado- No entiendo que tienes en la cabeza –abrocho su pantalón, alejándose pero sin levantarse del suelo donde se encontraba. Tenía las piernas semi dobladas y se desarreglaba el cabello a si mismo mientras evitaba todo contacto visual con Arioka.

-Yo..mm ..-apretó los labios, bajando la cabeza y empuñando las manos- lo siento –dijo eso ultimo y un silencio lo invadió, no pronuncio ninguna palabra mas, solo se quedo ahí arrodillado en el suelo con la cabeza gacha y teniendo al frente a Inoo, que solo suspiraba.

(Flash Back)

InoDai caminaba de regreso a casa, ambos habían alquilado un departamento juntos por la lejanía de la universidad, todos los días eran perfectos, no había nadie que no supiera sobre su relación de pareja, ni en la universidad ni en sus casas,  y lo que más le alegraba a esa pareja era que nunca habían tenido ningún problema en revelar su romance.

Daiki por sus hábiles maniobras para la cocina y los quehaceres de la casa, se encargaba de ella, y por su parte Inoo que no era tan habilidoso para ello solo se encargaba de arreglar algunos desperfectos que hubieran dentro o fuera de esta, aunque la mayoría de veces se veían obligados a llamar a profesionales.

-¿Qué quisieras para la cena? –con los dedos entrelazados entre los del mayor pregunto sumamente contento, riendo bajito al notar como Inoo se ponía a pensar, al mirarlo de un ángulo bajo se veía cada vez más guapo, y esos lentes que ahora llevaba por el cansancio le daban un aspecto más intelectual, y provocativo..- ¿o quieres comerme primero a mi? –Daiki se puso sumamente rojo, no tenía planeado decir sus pensamientos en voz alta y mucho menos con ese tono tan pervertido, ay como hubiera querido tener una máscara y ponérsela ahí mismo. Que pervertido era.

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Inoo se quedo observándolo asombrado por las anteriores palabras, ambos no perdían el ritmo del paso pero, uno se encontraba totalmente rojo y el otro totalmente asombrado.

-¿Qué dijiste? –pregunto por si las dudas, podía haber escuchado mal, ya que nunca Daiki había dado el primer paso en seducir, es mas siempre Inoo era quien comenzaba a provocar a Daiki y siempre era así.

-N…no he dicho nada! –sus palabras salieron rápidamente, y ya tenía su bolso tapándole la cara, dejando a un dudativo Inoo con la mano extendida, porque sin darse cuenta Daiki la había soltado por el nerviosismo.

Las manos del pelinegro tomaron denuevo las del castaño, haciendo que las bajara para poder ver su rostro sonrojado y lloroso, con delicadeza lo atrajo hacia su cuerpo y envolvió sus brazos en la estrecha cintura que ahora era envuelta con un cinturón negro que hacia destacar las caderas del menor. Detuvo todo movimiento que pudiera hacer el castaño y de un pequeño impulso lo alzo, e hizo que rodeara su abdomen con las piernas, deslizo sus dedos hasta tomar con firmeza el trasero de Arioka para que no se cayera pero aprovechando en dejarle una suave caricia antes, a lo cual el menor se retorció cerrando con fuerza los ojos.

-Lleguemos a la casa, y ahí veremos si no has dicho nada..-adentro la húmeda lengua al odio de Arioka, sonriendo al decir cada una de las palabras. Inoo había entendido de sobra las palabras del menor, y estaba  feliz al probar una comida más deliciosa que la cena, haría gemir a Daiki como nunca antes,   sus palabras lo habían sobrecalentado.

El castaño escondió su rostro en el hombro del alto, como le encantaba que Inoo hiciera aquellas cosas con él, y sentir los latidos potentes que soltaba su cuerpo junto a los suyos, pero aunque le agradase aun era necio para aceptarlo o revelarlo.

-¿Tan impaciente eres? –Daiki sonrió, pensaba que al decir aquello de forma tranquila podía voltear los papeles y hacer quedar a Inoo como si él fuera quien quería y no al revés-  ¿tanto así quieres comerme? –rio esta vez, como le encantaba molestar al pelinegro, aunque no esperaba que la reacción fuera diferente que las anteriores, y mucho menos que se vería envuelto en un problema.

-¿Qué? –Kei detuvo el paso, volteo el rostro y clavo la mirada en los acaramelados ojos del menor- ¿Solo yo deseo esto? – exhalo, puso a Daiki en el suelo.  Paso con cariño las manos por encima de la chamarra del menor, arreglándole la ropa y por último beso su frente con ternura- No es justo lo que haces, pero está bien.. –Daiki no entendí las palabras del mayor- hoy me di cuenta de algo.. Así que no tendremos intimidas hasta que tu lo busques –se acomodo los lentes y camino por delante-

 Y así fue como el InoDai, se volvió Inoo y Daiki. Todo seguía normal para quien los viera, se mantenían juntos, realizaban los trabajos en conjuntos y una que otras beses se daban besos, Kei no descuidaba a Daiki y siempre le mostraba su afecto con palabras de amor o pequeños besos en los labios pero ya no buscaba ese placer que los envolvía entre sabanas. Como no lo hubiera imaginado Arioka, su pelinegro estaba más que bien sin tener intimidad con él y eso.. aunque no lo quería reconocer lo molestaba, lo irritaba y le hería. Había pasado recién una semana, y el castaño ni podía conciliar el sueño.

Quizás para las personas de afuera todo era normal entre ellos, pero para un Daiki que SIEMPRE por las noches recibía su buena porción de intimidad con Kei, y por las tardes nunca faltaba las provocativas palabras de su seme para calentarlo, era el infierno. Ya hasta podría llorar,   extrañaba a su Kei de antes..

-Dai-chan, debemos llevar todo esto al garaje –Se estaban preparando para la limpieza quincenal que siempre daban, Kei tenía puesto unos jersey que hacían juego con una sudadera sin mangas. Cargaba dos enormes cajas que tapaban casi toda su visión.

-Kei-chan, ¿puedes con eso? –rio despacio, era entretenido ver como el pelinegro se tambaleaba e intentaba no chocar contras las paredes, tomo una caja más pequeña y siguió a Inoo hacia el garaje-

Daiki no podía seguir por más tiempo en este juego por quien soportaba más, él quería a su Kei devuelta y lo quería ya! “¿pero cómo lo detengo?” pensó con un dejo de duda aun en su interior, cerro por unos segundos sus ojos y un fuerte golpe en su nariz lo hizo tambalear y caer. Cae encima de Kei, ya que este último lo estuvo llamando pero como no contesto volteo aun sosteniendo las cajas para recibir un empujón y caer de trasero en el suelo del garaje con las cajas desparramadas por todos lados.

-Waa.. todo se ha desordenado –vocifero Kei, y al percatarse que Daiki estaba encima suyo sobando el rostro se preocupo y tomo su mano para ver la zona roja donde se había golpeado -¿Estás bien?.

-Sí, solo me golpee con las cajas –con la otra mano libre continuo sobándose el rostro por el ardor, pero al instante fue detenido por Kei, que negó con el rostro y dio un pequeño beso en la parte donde aun ardía.

-Te harás daño si lo seguías sobando –le sonrió, y desordeno sus suaves cabellos.

¿Desde hace cuanto tiempo no sentía a Kei tan acaramelado con él?. Daiki no puedo contenerse como las otras veces anteriores, y como tenía las manos sujetadas dejo que su cuerpo cayera por completo encima del mayor, y ante la sorpresa de este tomo sus labios con total posesión y sensualidad que el pelinegro se dejo llevar y lo soltó, tomando en vez de sus manos la nuca del castaño para llevar el beso a un segundo nivel de posesividad y juguetear con su lengua ni bien había ingresado la suya.

Daiki se apresuro, y como si ya conociera el camino desabrocho el pantalón del mayor, sacando el falo casi erecto al exterior, lo masajeo con una sola mano hasta sentirlo por completo duro, y como siempre lo había hecho, dejo los labios de Kei para agachar su rostro y poder tomar el palpitante miembro que hace tiempo no había probado.

(Fin del flash back)

-Yo, no solo quiero que se de así –volvió a fijar su mirada en el castaño delante suyo- Yo quiero que tú me digas que necesitas de este cuerpo, que así como yo deseas hacer el amor.. –junto las manos, volviendo a desviar la mirada- me siento estúpido cuando solo haces ver que solo yo quiero..

Daiki que tenia la mirada gacha la subió, viendo a un Kei avergonzando y escuchando con atención las cortas palabras que le había dicho. Agradeció a todos los kamis, ya que ante el rechazo de su pelinegro unas terribles respuesta lo inundaba, tales como “se aburrió de mi, ya no me ama, soy poca cosa para el” como agradeció que ninguna fuera acercada. Estaba tan contento que las lágrimas no dejaban de salir con sus ojos, perdiendo la visión por las gotas que inundaban hasta sus parpados. 

-Dai..,tonto! –Inoo se abalanzo hasta poder acunarlo en sus brazos, besando las pequeñas gotas que su amado dejaba salir- Te amo.. –soltó como si supiera que decir ante esos momentos, ya fuese por los tantos años que ha convivido con Daiki o por lo tanto que lo amaba que sabia cuales eran las palabras exactas para calmarlo, dos palabras.. “te amo”.

-Te amo más!, Kei baka! –sus lagrimas no paraban y en silencio seguía pronunciando sus palabras de amor, dejándose ser llevado.

-Veras como te amo mas –beso su boquita, no un beso inocente, sino uno apasionado que de inmediato dejo sin aliento a Daiki, un beso con el cual volvía a marcar los rosados labios del menor, y que daba a entender que ese día el castaño no iría a dormir temprano.